en lo ancho de un camino descendente,
estaba alegre por lo que había encontrado,
-¡Sorprenderé a todos! -Decía gritando.
Un terrón de azúcar lleva a cuestas
por eso muy lento va caminando;
ninguna hormiga le está ayudando,
-Me robarán el mérito- iba pensando.
Conforme camina, imagina que le dirán:
-Felicitaciones y aplausos escucharé,
no puedo esperar a ver sus caras, los impresionaré;
incluso, hasta con la reina iré a comer,
probablemente a su hija desposaré.
La hormiga y su terrón fama alcanzarán,
ésto aseguramos todos ya;
sin embargo algo tenía que pasar,
tan distraída en su pensamiento iba,
y con una piedra fue a tropezar;
el terrón se le escapó,
para prontamente comenzar a rodar.
No paró hasta que a un charco llegó,
ante sus ojos vio como se diluyó;
revisó el charco, pero nada quedaba ya.
pues es hora ya de volver al hormiguero,
sabe que debía entregar algo de comida;
¡Mala suerte que se ha acabado el día!
Una reprimenda tendrá;
¿Qué paso con las felicitaciones que recibiría?
Con el Sol a cuestas - Adriana Salinas |
Jaja suele pasar u.u Me siento esa hormiga... El hablar antes de tiempo, no conviene.
ResponderEliminarasu...me encantó...♥
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